viernes, noviembre 04, 2005

Horas extras y déficit de neuronas

En alguna tira de Mafalda, Miguelito dice que la niña tiene razón en que “la Tierra destiñe”, lo que hace pensar a Felipe (palabras más, palabras menos) que lo malo de llevar siempre las orejas puestas es que te arriesgas a oír todo tipo de tonterías”. Me sentí como Felipe cuando leí en un periódico local (el que hace referencia a la obra pictórica de Orozco) un titular que ofende a la inteligencia y dignidad de las personas: Pagan de lujo horas extras”.

Además del notorio crimen contra el español que es redactar así (“Asesinan al idioma con esos títulos”) el texto es un delito contra la razón. ¿La nota se refiere a los diputados holgazanes o a quienes cobran en los partidos políticos? No, el artículo principal del diario se refiere a los pobres asalariados pagaimpuestos, mal remunerados y explotados, que forman el grueso de la población. A ellos les dedican la perla de un infográfico anexo: México es el País que más derrocha en pago de horas extras en Latinoamérica. Vaya, ahora resulta que si a usted lo tienen en el trabajo más tiempo del establecido para la jornada máxima (por eso se llama “máxima”) la empresa “derrocha” dinero al pagarle a sobreprecio ese tiempo. En la lógica tan absurda de los que dicen eso, usted debería pagarle a su empleador, por el privilegio de dedicar el tiempo de su descanso o alimentación a que su centro de trabajo produzca más.

¿Quién es el responsable de proferir semejante incoherencia? Pues un despacho de abogados que hizo un “estudio” que señala que, al ser México quien mejor paga las horas extras en América Latina, esta circunstancia “repercute de manera negativa en la competitividad”: No se podía esperar algo distinto de quienes se dedican a representar a empleadores. Agradezcamos a los otros países de la región que no tienen como modo de producción a la esclavitud, porque la libertad nos haría menos competitivos.

El argumento, para explicarlo en términos sencillos, es que los trabajadores mexicanos “hacen plan con maña” para laborar tiempo extra y tener más ingresos. Esta la opinión de un señor de la Cámara Americana de Comercio, quien sostiene que especialmente en el sector de servicios los empleados buscan “con toda intencionalidad” trabajar más horas adicionales “para tener acceso al pago extra”. No dudamos que ese ilustre señor se crea su afirmación, pero usemos el sentido común (aunque sea un poco) y examinemos el asunto con razonamientos que no parezcan sacados de un panfleto de Luís Pazos, Alberto Aguilar o Darío Celis.

En México, la regla general es que se pague tiempo extra después de laborar una jornada de 48 horas semanales (por ejemplo, distribuidas en 8 horas diarias durante 6 días). Las primeras 9 horas adicionales se pagan 100 por ciento más que las ordinarias, después de esas nueve el pago es de un 200 por ciento superior a las horas normales. Si además se trabajó en domingo, hay que sumar 25 por ciento más. Los hechos motivan dos preguntas muy sencillas: ¿Quién, después de laborar de lunes a sábado 8 horas diarias, quiere quedarse a trabajar más tiempo? ¿En verdad los trabajadores “se hacen maña” o unos empleadores mañosos quieren difundir el mito de que los quieren estafar con las horas extras, para ver si pagan menos por ellas?

Que la gente trabaje horas extras es un asunto de mala administración. En una trasnacional ubicada en este país (hace aspirinas, para más señas) tiene la excelente política de verificar que todo el mundo cumpla sus ocho horas y, si por alguna razón alguien se queda más tiempo, toman nota. Si esto pasa varias veces, indagan la causa: Si es por falta de recursos humanos o materiales, contratan más personas o ponen más equipo; si el “quedarse tarde” no es por estos motivos concluyen que hay ineficiencia (lo que obviamente no es el mejor punto para que se renueve el contrato de alguien). Así se evitan las horas extras, no con la difusión de tarugadas disfrazadas de “estudios” interesados.

¿Esas son las “reformas estructurales” que buscan los fracasados de este sexenio? ¿Reformar la Ley Federal del Trabajo para reducir el monto del pago por horas extras a niveles de otros países latinoamericanos? Si se considera que la propuesta viene del director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, no es de extrañar su contenido, tampoco que haya sido puesta en primera plana de un diario que opera con doble moral: En este caso la culpa no sólo es de la fuente, sino del medio que la hizo compadre.