miércoles, febrero 22, 2006

Ojo: Las groserías en privado no son delito

Y a petición del público (bueno, de Karina) aquí está el extracto de la conversación del gobernador Marín que tanto revuelo ha causado (la nota completa está aquí):

-Quiúbole, Kamel.

-Mi gober precioso.

-Mi héroe, chingao.

-No, tú eres el héroe de esta película, papá.

-Pues ya ayer le acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona. Le dije que aquí en Puebla se respeta la ley y no hay impunidad y quien comete un delito se llama delincuente. Y que no se quiera hacer la víctima y no quiera estar aprovechando para hacerse publicidad. Ya le mandé un mensaje a ver cómo nos constesta. Pero es que nos ha estado jode y jode, así que se lleve su coscorrón y que aprendan otros y otras.

-Ya sé, y es que estos cabrones siguen sacando mamadas y mamadas. Pero yo hice una declaración. Fui a la televisión.

-Ah, qué bueno. ¿Allá en México o acá en Puebla?

-Aquí, pero dijeron que la iban a mandar allá. Salió aquí. Y yo en el Milenio le dije, si lo quieres leer, le dije, pus al señor gobernador no le tembló la mano.

-Ni nos tiembla ni nos temblará.

-Pinche bola de ratas. ¿Qué han hecho? Qué asquerosidad es esto, ¿eh?

-No, se sienten Dios en el poder.

-Así es. Yo te hablé para darte las gracias. Sé que te metí en un problema pero...

-No'mbre, a mí me gustan esos temas. Coincido contigo en que, jijos de la chingada, en esos temas... digo... no somos santos, desde luego, pero si alguien tiene pruebas que las presente. Y si no que se calle la boca.

-Oye, pero en algo tan vergonzoso, mi distinguido. Porque es vergonzoso.

-Así es.

-Y yo para darte las gracias te tengo aquí una botella bellísima de un coñac que no sé adónde te la mando.

-Pues a Casa Puebla.

-Yo te la quería dar personalmente, pero estás todo ocupado.

-Mándamela a Casa Aguayo, para echármela.

-¿Te la vas a echar? Pues entonces te voy a mandar dos, no una.

Sólo una pregunta: ¿Dónde está el delito?

Respuesta en forma de pregunta: ¿Desde cuándo el apoyo de un gobernador a un denunciante es ilícito?

lunes, febrero 20, 2006

Puntadas de Pena Ajena I: Juan Ciudadano

El colectivo que usa el "nombre de pluma" (la cobardía no anda en burro, ¿no creen?) de Juan Ciudadano presentó en su columna de hoy uno de los argumentos que acercan a la derecha periodística con lo que siempre han criticado del Peje:

«Grabar conversaciones telefónicas privadas es un delito. Siendo así, algo está mal cuando un sistema de justicia hace indispensable la comisión de delitos para castigar otros de mayor gravedad.

Por ello, aún cuando las conversaciones telefónicas de Mario Marín lo terminaran tumbando del puesto, estaríamos ante un caso de justicia accidental y no ante un triunfo del entramado de reglas sobre el que se sostiene la justicia mexicana».


Existen varias afirmaciones falsas en el párrafo de Juan Sin Seso:

  1. El sistema de justicia no hace indispensable cometer delitos para castigar otros de mayor gravedad. Lo que resulta necesario es conocer un poco de Derecho Constitucional antes de poner las pezuñas en el teclado (¿se entendió que es para ti, Juan Mu?);
  2. Grabar conversaciones es un delito éticamente muy grave, no es una infracción menor; y
  3. Las conversaciones telefónicas de Mario Marín no implican ningún delito, para variar Juan Ciudadano prejuzga, como explicaremos al comentar toda la columna.
Me dice Natasha que yo tengo la culpa por leer las tonterías que perpetra ese grupo de presión. Quizá tiene razón la flaca, las rusas tienen una sabiduría misteriosa y de gran valor.

viernes, febrero 17, 2006

Óscar Constantino Gutiérrez

Carta abierta a un gerontócrata abusivo



C. Don Matusalén de la Satrapía

Departamento de Disfrute de la Nómina

Avenida Malaentraña 666

Fraccionamiento Colinas del Déspota



Don Matu,

El motivo de este texto es recordarle que, a pesar de que usted se sienta protegido por las viejas (of course) prácticas políticas del sistema mexicano, la realidad es que vive en una urna de cristal y todo lo que hace es vigilado. Su guardián se llama rendición de cuentas y parece que no lo quiere dejar en paz. No importa que usted tenga amigos secretarios de estado o legisladores, en este país hasta los hijos de la señora Marta están bajo la lupa.

Ya sé que eso lo tiene sin cuidado, basta con que truene los dedos y sus abogados están listos para promover juicios, recursos y amparos de todos los colores y sabores. No importa que se gaste miles de pesos para dejar de pagar 10 centavos, lo trascendente es que a usted nadie le va a decir qué hacer, porque a Don Matusalén de la Satrapía y Caudillo –cuarto Barón de la Herrschaft feudal de Acámbaro de los Camotes- ningún ciudadanito de cuarta le va a enmendar la plana: Finalmente quien paga sus desplantes autoritarios es el patrimonio público. Así, igual que su abuelito Don Luis, después de usted el diluvio, ¿verdad, don Matu?

Sin embargo, después de ver cómo le fue a sus similares (no me refiero a Montiel, usted no se junta con esa chusma, ya, ya), no es razonable que guarde tanta calma. ¿Se ha dado cuenta que cada día hay más personas que se sienten ofendidas por su conducta? Lo más malo para usted es que ellas ya no se quedan calladitas: Las demandas y quejas en su correo ya superan en tamaño a sus números en archivo de Tyranny and leisure (oiga, ya tire tanta revista, al rato no va a poder pasar por la puerta de su oficina). Por pura probabilidad, en una de esas no lo van a poder salvar de una sentencia condenatoria.

Obviamente disfruta con su fastidio a la gente (¿qué más puede hacer, si ni en su casa lo aguantan?), con abusar de su poder y darle vigencia a la máxima de que más vale ser temido que amado. Ándele, lo grave es que el temor se fermentó en odio y ya conspiran a sus espaldas, urden complots para destituirlo, se reúnen para darle una sopa de su propio chocolate. De plano gacha su calaca molacha, diría un clásico de la naquez literaria.

¿Por qué desprestigia a la gente de la tercera edad? Vamos, con tanto abuelito noble, sabio y agradable, ¿por qué hacer la rutina del hermano odioso de Nerón? En fin, el consejo está dado, luego no se queje de las consecuencias de su ruin proceder. Mientras tanto, disfrute de los últimos días de su reino del abuso, no crea que es eterno: Hasta a la dictadura de Pinochet le llegó su fecha de jubilación.

Que tenga buen día.

oscarconstantino@gmail.com

viernes, febrero 10, 2006

Óscar Constantino Gutiérrez

Cuba, los dos Calderones y el servilismo

Hay moneros que dibujan muy bien, pero sus convicciones son malas, de la misma forma que hay políticos con buena imagen, pero que los traiciona su lengua: Los dos Calderones (Paco y Felipe) pertenecen a esa especie de personas que obligan a decir, ¡qué desperdicio de capacidad!

Los cartones del Calderón monero sobre el sheratongate (Castro jugando billar con las fuerzas políticas del país y el gobierno del DF dando muestras de incongruencia con el castigo al Sheraton) refrendaron mi percepción del artista: Piensa que a los lectores nos puede ver la cara, o su percepción de la realidad está muy deformada por su existencia en la burbujita de la prosperidad wannabe que disfruta. El caso es que en las historias del Calderón monero todos los priístas y perredistas son malos, los panistas siempre tienen disculpa y las reformas estructurales (esas que buscan legalizar los despidos express y el regalo de los hidrocarburos al Primer Mundo) son lo más necesario.

Lo más grave es que razonamientos como el expresado por el Calderón monero representan una forma de entender la realidad que se encuentra peligrosamente difundida, aquella que, en lugar de preocuparse porque una empresa extranjera –recibida con buen trato en este país- violente las leyes mexicanas, asume que hay casos peores y en consecuencia no es válido molestarse por lo acontecido. Si este razonamiento le parece extremadamente parecido a alguna de las excusas simplonas de los gobiernos panistas cuando son descubiertos en actos de corrupción (“los de antes eran peores”) no es mera coincidencia, es identidad ideológica.

El otro Calderón (Felipe) es una persona con formación profesional sobresaliente y mucha inteligencia… pero su soberbia también lo impulsa a pasarse de listo o a querer abusar de la buena fe ciudadana. El Calderón Felipe criticó la clausura del Sheraton con el argumento de que ataca al turismo y acusó al PRD de dar un golpe mortal a la imagen de México con el cierre del hotel. El Calderón Felipe cuestionó por qué mejor no cerraban los giros negros, los comercios ambulantes y todo lo que Virginia Jaramillo (la Jefa Delegacional en Cuauhtémoc), está traficando desde que era jefa de la Oficina Jurídica con Dolores Padierna. También preguntó por qué, en su momento, no cerró el Lobohombo. En parte tiene razón el Calderón Felipe, la Padierna y sus secuaces no tiene perdón de Dios, pero eso no justifica que un hotel estadounidense use la Constitución nacional como papel higiénico y crea que está en una sucursal de la Unión Americana: La conducta de la gente del Sheraton no se valida, por más corruptos que sean las Padiernas, Bejaranos, Jaramillos y Ponces de está ópera bufa nacional.

Vidas Paralelas las de los dos Calderones (sin Plutarco incluido), ya que el cartón del monero bien podría ser la representación gráfica de la crítica del panista (me refiero a Felipe, no sean malpensados).

Ese afán de quererle ver los huaraches a los compatriotas (no tengo nada en contra de quien usa ese calzado) se nota en el razonamiento del Calderón Felipe: Acusa al PRD de que mezcla su ideología con sus intereses, en un aparente contraste con la conducta del PAN. Perdón, ¿es el mismo partido en el gobierno nacional que dobló las manitas con los gasolineros? Vaya, supongo que darles tiempo y apoyos financieros para que cumplan con la norma -que desde hace tiempo los obliga- ha de ser una manera de separar ideología e intereses, aunque más bien me parece que en el gobierno panista lo que separan son los intereses, pero del capital.

¿Qué otras cosas dijo el Calderón Felipe? Ah, dijo que en el caso del Sheraton había que acudir a la vía diplomática –acoto, tan inefectiva como siempre- pero que ir y agredir a una inversión generadora de empleo internacionalmente en el turismo es darle un golpe fatal, letal a la imagen de México en el mundo”. Calderón Felipe hizo responsable a los gobiernos perredistas “de lo que ocurra en los próximos meses". Huy, eso sonó a agorero del desastre, pero la realidad es que a los ciudadanos normales (que no traemos guaruras, por ejemplo) nos irrita que aquellos que se enriquecen a costillas de los consumidores mexicanos pretendan que nos hacen el favor con su estancia y que por eso pueden hacer lo que les viene en gana. Conste que a mi no me interesa en lo más mínimo si los cubanos están a gusto o no, me molesta que se pretenda que el gobierno ordinario no puede castigar a una empresa abusiva porque eso mata “a la imagen de México en el mundo”. Pasar del masiosare al “sí Amo” no es cuidar la imagen, es vender al país.

Calderón Felipe remató con que el PRD, cuanto tiene un poquito de poder, "francamente enloquece, no permitamos que tome el País y lo secuestre también". Tiene razón, para secuestros del País ya tenemos con los del crimen organizado, Martita, sus niños Bribiesca, los políticos en funciones y los candidotes de pena ajena.

Dos Calderones y un camino, uno hace monos tendenciosos, el otro arma desfiguros. Cuanto desperdicio de talento. Nuevamente no queda más que decir, ¡qué pena!


oscarconstantino@gmail.com

viernes, febrero 03, 2006

Óscar Constantino Gutiérrez

El ejemplo de Don Ojilve

Te sientes tan fuerte que piensas que nadie te puede tocar

P. Andreu / J. Cardiel / J.Valdivia / E. Bunbury

Un diario local reportó que en Chilpancingo, Guerrero, un trabajador despedido injustificadamente por una empresa de electrodomésticos (la que dice que nadie vende más barato que ella) cobró en especie una indemnización de 2 millones de pesos a la compañía: Virtualmente vació una tienda.

El señor Ojilve Carpio invirtió dos años de su vida en que diera resultados el juicio laboral que interpuso contra la compañía de Ricardo Salinas. Para asegurar el pago de la indemnización, salarios caídos y otras prestaciones que le deben, las autoridades judiciales embargaron los bienes de la empresa, más de 300 aparatos eléctricos.

En su momento, Don Ojilve rechazó los 20 mil pesos que le ofrecieron sus ex empleadores. Ese tipo de dádivas son muy frecuentes en los procedimientos laborales y su aceptación incluso es incentivada por los funcionarios de las juntas de conciliación y arbitraje, quienes recomiendan tomar ese dinero seguro y no pasar por litigios larguísimos que no garantizan resultados.

Don Ojilve calló a toda esa gente y nos dio una lección a abogados, juzgadores, funcionarios, autoridades, empleados y empleadores. ¿Cuántas veces hay trabajadores que toleran malos tratos, despidos injustificados, discriminaciones, bajos salarios y abusos en su jornada de trabajo -entre una larga serie de despotismos- porque sus empleadores usan una “filosofía laboral” de sátrapa, que se puede resumir en la siguiente expresión: “El trabajo que no te gusta, hay cien afuera que lo harían de mil amores, por menos dinero que tú, incluso, además de que las demandas laborales no sirven de nada, prefiero regalarle el dinero al abogado que darte un peso, para que le sirva de lección a los demás”. Esos despreciables patrones están en el gobierno federal, en las empresas, en todos lados. Se creen intocables.

Ayer Don Ojilve les demostró que se equivocan y dio esperanza a quienes sienten que la ley es el papel desechable de los poderosos. Rompió la verdad del viejo refrán que sostiene la ventaja de tener un mal arreglo en lugar de un buen pleito.

En esta época, de outsourcing, jornadas larguísimas, temor empresarial porque el Peje llegue al poder y haga cumplir la Ley Federal del Trabajo, tiranía de cuello blanco, mobbing, estrés inducido y otras miles de basuras que integran el repertorio del terrorismo laboral con rostro de “productividad” (entrecomillada con el mayor sarcasmo posible), un humilde ex empleado de Guerrero nos enseñó que no luchar por lo justo sólo es opción para los cobardes, para aquellos que consideran aceptable subsistir de rodillas, para los que tienen miedo de su futuro porque no saben aceptar su presente.

¿Vale la pena combatir el abuso laboral? Pregúntenselo a Don Ojilve, que el jueves celebró con una birria y cervezas su triunfo sobre aquel que quiso burlarse de su dignidad.

Hoy puedo dormir con la esperanza de que algún día tendremos un verdadero Estado de Derecho en México.

Gracias Don Ojilve.

oscarconstantino@gmail.com