viernes, diciembre 12, 2008

Cañones para matar mosquitos

Ya se detuvo al primer “delincuente opaco” en la Historia de México, el ex jefe de la Unidad de Transparencia (UTI) de Cihuatlán. Debe puntualizarse que la denuncia fue tramitada en la Procuraduría General de Justicia de Jalisco y que la orden de aprehensión fue girada por personal del Poder Judicial, por lo que el mérito es exclusivamente de esas dos instancias y no de algunos otros que quieren colgarse de ese “triunfo”, aunque usualmente atacan al Ministerio Público y a la Judicatura.

¿Por qué señalo que es un “triunfo” esa detención? Porque la entrega de información no depende exclusivamente de las unidades de transparencia: en el caso de Cihuatlán resulta claro que una dependencia municipal se irritó por la solicitud de un ciudadano, pero el que tuvo que dar la cara fue el jefe de la UTI, no la dependencia molesta con la petición o el presidente municipal, que tiene todas las atribuciones para ordenar la entrega de los datos requeridos. Todo el peso de la ley cayó sobre un empleado menor, en lugar de que la cabeza del ayuntamiento resolviera el asunto de origen.

Meter a la cárcel a los jefes de las UTI no resuelve el problema de acceso a la información, porque son servidores públicos desechables: el funcionario opaco de alto nivel tiene un fusible de fácil sustitución en el jefe de la UTI y esto seguirá así mientras los responsables de las UTI no sean inamovibles, salvo por contravención grave a la Ley de Transparencia (solo de esa ley, porque presionar a la UTI con otro tipo infracciones redunda en que los funcionarios superiores mantengan su poder sobre las oficinas de transparencia). También se necesita que los comités de clasificación de información tengan otra estructura: en el estado actual de cosas, el titular de la dependencia obligada designa a todos (o casi todos) los integrantes de esa instancia, que es la responsable de determinar si la información en manos del gobierno es de libre acceso o no, así como de clasificar si una sesión es de ingreso restringido o de libre asistencia. Si la cabeza de la dependencia obligada nombra al jefe de la UTI y a los integrantes del comité, ¿de quién es la culpa cuando no se entrega la información a los solicitantes, del titular de la dependencia o de la UTI?

Las deficiencias en el acceso a la información gubernamental son una muestra de los problemas de calidad en los servicios (públicos y privados) en México: pasa en todos lados, desde el Oxxo donde casi nunca tienen moka en la máquina de Nescafé, hasta en el SIAPA donde mandan recibos de pago inmediato porque “se les chispoteó” enviar en tiempo los cobros del mes anterior. Sin embargo, tanto en la iniciativa privada como en el sector público, le echan la culpa de sus fallas a los consumidores, gobernados y clientes.

Obviamente hay empresas y entidades públicas de excepción, por ejemplo Steren, una compañía de electrónica que busca atender y dar soluciones a sus clientes; la proveedora de agua para beber Ciel; y los organismos públicos descentralizados de la Administración Pública Federal, entre otros.

El acceso a la información es muy importante para el desarrollo y la consolidación de la democracia, pero en este país hay problemas más apremiantes como la inseguridad, el desempleo y la prestación deficiente de los servicios públicos.

El asunto del “delincuente opaco” merece una reflexión final relacionada con el tema del Estado de Derecho: si ya metemos a la cárcel a los jefes de las UTI por no entregar información, ¿qué se hará con los que cometen delitos contra la vida, contra el patrimonio privado y/o público, secuestran, lesionan, asaltan extorsionan, torturan, siembran evidencias, hacen acusaciones falsas, dictan resoluciones judiciales erróneas, llenan de grafiti casas y comercios, rompen luminarias, “rematan” víctimas del transporte, amenazan, prestan con usura, hacen cobros excesivos o cometen fraudes? Finalmente todos estos ilícitos son peores que no entregar información pública o desobedecer al Itei, por lo que parece que en Jalisco utilizamos cañones para matar mosquitos y resorteras para tumbar elefantes…

jueves, diciembre 11, 2008

¿Bajar la cortina?

Todo funcionario público desea tener su oficina en una colonia bonita, contar con recursos para realizar promoción en medios y hacer relaciones públicas. Sin embargo, estas comodidades y nexos no son esenciales a la actividad gubernativa: la vinculación social es relevante, pero en la mayoría de los casos no es una actividad sustantiva de gobierno. Esta cuestión es de especial importancia en el tema del recientemente aprobado Presupuesto de Egresos 2009, ya que algunos, en lugar de buscar lo principal en el ejercicio de su función pública, exigen la satisfacción de lo accesorio.

Por ello resultan contrastantes las posturas de Augusto Valencia y Felipe Álvarez Cibrián, titulares del Instituto de Transparencia y de la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco, respectivamente. Mientras el presidente del Itei dijo que "tendría que cerrar el instituto" si se aprobaba el presupuesto como lo envió el Ejecutivo al Congreso, la cabeza de la CEDHJ señaló que, en todo caso, ciertos programas de la comisión deberían cancelarse, pero nunca puso en duda la operación del organismo a su cargo.

A últimas fechas, Valencia repitió la amenaza de suspensión de operaciones del Itei por el presupuesto aprobado, así como deslizó la posibilidad de que se despida personal y que el organismo mude su sede a unas oficinas de menor costo. ¿Es en realidad tan crítica la situación presupuestal del Itei para que se realicen estos amagos? La respuesta es que no, como se aprecia de los siguientes números.

Valencia reclama que el presupuesto del Itei para 2009 sea por la misma cantidad que el de 2008, es decir 15.2 millones de pesos. El monto lo estima insuficiente porque las actividades realizadas por el instituto durante 2008 implican un costo de 19.3 millones. ¿De dónde salieron los otros cuatro millones? De una ampliación presupuestal que el Poder Ejecutivo le hizo al Itei, misma que puede gestionar nuevamente para el ejercicio 2009, por ello la situación del instituto no es del dramatismo con que se pinta, sobre todo si se considera que la reforma a la Ley de Transparencia garantizó que el Itei cuente con los recursos necesarios para pagar los sueldos de sus consejeros.

Sin embargo, para el Itei esos 19.3 millones actuales serían insuficientes para 2009, ya que de acuerdo a sus cálculos requerirían 22 millones para cumplir con las actividades indispensables de operación. Para lograr una operación correcta del organismo y la ejecución de sus programas proyectados, necesitarían 34 millones. Es decir, el Itei considera que, al menos, necesita 50 por ciento más presupuesto que el asignado por el Congreso el año pasado, idealmente quiere un presupuesto 220 por ciento mayor que el actual.

De cada 10 pesos que recibe, el Itei dedica 2 a las actividades de promoción, comunicación social, evaluación y estudios. Otros 2.5 pesos de cada diez son para gasto de operación.

Resulta significativo que la cantidad que el Itei dedicó a la promoción, comunicación social, evaluación y estudios sea casi igual al monto de la ampliación presupuestal que el Ejecutivo entregó al instituto. Si el Itei se apoyara más en las instituciones de educación superior para las actividades de promoción y evaluación, su gasto podría disminuir a los 15 millones de pesos que actualmente tiene. El antecedente de las pulseritas, calcomanías y tatuajes, para promover la transparencia, propició que más de un ciudadano se cuestionara la pertinencia de esa erogación.

Otro gasto que merece atención es el de arrendamiento de edificios y locales, en el que el Itei tuvo 750 mil pesos asignados durante 2008, es decir, alrededor de 62 mil pesos mensuales, una cantidad que parece muy alta para rentar instalaciones.

Por tanto, es bastante razonable que el Itei pueda trabajar si ajusta sus gastos promocionales y decide buscarse una oficina menos costosa que la que tiene ubicada en la colonia Ladrón de Guevara.

Sin embargo, el tema de los números es el menos importante en este caso, lo trascendente es la mesura y aplomo de los funcionarios comprometidos con el servicio público: ejemplos de esa prudencia los han dado Álvarez Cibrián, cuyo organismo está en una situación presupuestal similar a la del Itei, así como el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, quien incluso tendrá en 2009 un presupuesto menor al propuesto por el Ejecutivo. ¿En verdad es válido que Augusto amenace con cerrar la cortina porque no le suben el presupuesto? Por ello es relevante preguntar ¿qué se haría en una empresa si un gerente tomara las actitudes de Valencia, el de la transparencia?

viernes, octubre 10, 2008

Esbozo para Marvel Noir

No me gusta el proyecto de Marvel Noir, ni su selección de personajes. Quizá el tono de novela negra o de pulp se le complica a la Casa de las Ideas porque en Marvel lo que abundan son los seres súper poderosos y, la mayoría de las veces, los aspectos interesantes de sus personalidades están en sus aptitudes metahumanas, excepción hecha de Wolverine, cuya tragedia personal le da tridimensionalidad. Al despojarlos de sus habilidades sobrenaturales, se evidencia la pobreza e irrelevancia de la mayoría de ellos y sus historias son un remedo de pulp, un mero recubrimiento de las tramas superheroicas de diario.

Hubiera sido mejor un enfoque sobre los tipos Marvel más humanos, menos poderosos, de carácter más fuerte. Punisher podría haber sido un excelente Mistery Man, al igual que Daredevil y Logan, sobre ellos pudo girar Marvel Noir, principalmente en la pugna de tres formas distintas de ver la justicia (el castigo total por parte de Castle, la tensión entre el ser y el deber ser de Wolverine y el respeto a la Ley de Daredevil) . ¿Qué les parece este esbozo de historia?:

"El teniente Frank Castle siempre fue un policía duro pero apegado al libro, hasta que su familia fue asesinada por los matones de Don Fiscione, el líder de la mafia neoyorquina. Después del funeral de su esposa e hijos, hace seis meses, nadie volvió a ver a Castle. Su pistola, placa y renuncia aparecieron sobre el escritorio del capitán J.H. Logan, el detective más rudo de Nueva York y cabeza de la policía de la Gran Manzana. En estos últimos seis meses, Brooklyn y el Bronx han cambiado mucho y Logan tiene más trabajo que nunca, ya que los cadáveres de traficantes del alcohol, padrotes, envenenadores y mafiosos aparecen todas las noches, marcados con una calavera en el pecho. Logan siempre asiste a las escenas de estos crímenes, pero las evidencias son pocas, para molestia del Fiscal de Distrito Mathew Murdock, quien desea que los hombres misteriosos no hagan justicia por su propia mano.

Después de observar la escena del último homicidio, revisar si hay fibras o huellas que puedan darle más pistas y quedarse, como siempre, con un palmo de narices, Logan desiste y enciende uno de sus apestosos puros cubanos, sabe que le espera una reprimenda del alcalde Worthington, un político venido de la alta sociedad de NY, acostumbrada a obtener resultados sin esforzarse para conseguirlos, un maldito petimetre que lo presiona para que muestre un detenido que responda de tantas muertes en las calles, el chivo expiatorio que le permitirá llegar con tranquilidad a las elecciones del próximo año.
Worthington no entiende de investigación policiaca, su lenguaje es el de la política y las relaciones públicas con los hombres de negocios.

Logan muerde su puro, y murmura 'al carajo'. Después del papeleo irá a The Raven, el tugurio donde hace striptease la Blanca Emma, a quien admirará a la vez que se pasa por el gaznate una botella de scotch single malt. Finalmente, se dice Logan, 'hay un adivino en Greenwich Village que mañana me puede leer las cartas. Cuando la técnica policial falla, acudir a los magos deja de ser un disparate, no hay mucho más que se pueda hacer en esta ciudad de mierda', argumento con el que se conforta mientras camina a la esquina de Goodman y Thomas, dispuesto a recibir su relajamiento nocturno.


El policía se deja caer en una silla de The Raven y escucha cantar a Syrin, la hija de su compañero en la fuerza, el viejo Sean Cassidy. Al capitán no le corre la prisa, después del show musical para toda la familia, vienen las coristas. Mañana verá qué hacer con el nuevo crimen del 'castigador', como ya le dicen el Daily Mirror, el Bugle y el Daily News.


Sin embargo, las matanzas de Brooklyn llamaron la atención de Washington y Logan tendrá que lidiar con el agente especial Steve Rogers, un miembro del FBI, ex marine e integrante del Servicio Secreto durante la Gran Guerra, que no esperará a la mañana para hablar con su enlace en la policía local: Rogers ya está a las espaldas de Logan cuando comienza el show de burlesque".

¿Era tan difícil hacer algo así?