viernes, enero 16, 2004

El país de las paradojas

Resulta absurdo que el encargado de Ingresos de la Secretaría de Hacienda haya trabajado de magistrado presidente del Tribunal Fiscal de la Federación (la instancia que se supone juzga la legalidad de los actos del fisco y enmienda sus abusos), pero resulta más ofensivo a la inteligencia que un individuo que debería entender perfectamente la ley haya dicho que el programa de censo fiscal incluirá visitas tanto a viviendas particulares como a negocios, y aquellos que se nieguen a colaborar con la autoridad serán obligados a proporcionar sus datos . ¿Cómo piensan obligarlos? ¿Con la fuerza pública? Ah, qué irónico es el fascismo cuando viene de hombres de leyes.

Mientras el abogado metido a recaudador anda amenazando con el uso de la Gestapo (aunque esta Geheime Staatspolizei no tiene nada de secreta) para sangrar a la gente a domicilio, los juristas al servicio de los particulares parecen sus aliados porque incluso sugieren que el INEGI auxilie a las autoridades fiscales en el registro, como ya se previó en la Ley de Ingresos . ¿No saben estos peritos jurídicos que las personas tienen el derecho a que no se utilicen sus datos en actividades distintas a las que motivaron que facilitaran su información?

Los abogados explican que el Artículo 42 del Código Fiscal de la Federación faculta a la autoridad fiscal para hacer visitas domiciliarias a los contribuyentes, pero que los recaudadores sólo pueden llevar acabo las visitas en donde se realiza la actividad que provoca los impuestos. Traducción al español: Hacienda no puede ir a molestarlos a su casa, ya que el artículo 16 de la Constitución General de la República (que está por encima de cualquier ley fiscal) señala que para interrumpir o entrar al domicilio de las personas se requiere que sea mediante una orden escrita de la autoridad competente que funde legalmente y motive el acto de molestia, porque eso es -una molestia- la conducta de ir a la casa de alguien a preguntarle sus datos para cobrarle impuestos. ¿Qué pensaría Fox de que fueran a visitar a su mamacita los herederos del Sheriff de Nottingham?

Si Hacienda pretende hacer frente a la exigencia del Congreso de que tuviera un mayor control del padrón de contribuyentes a fin de combatir la evasión, lo que debería hacer es ir a cobrarle a los mercanchinfles de tianguis en lugar de violarles sus derechos fundamentales a las personas. Habrá que presentar una queja en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Por cierto, Carlos I de Inglaterra fue declarado traidor y mandado a decapitar como consecuencia de la estúpida decisión de pretender elevar los impuestos. Luis XVI terminó de la misma manera como consecuencia de una revolución provocada por la misma idiota razón fiscal; y antes que ellos Juan Sin Tierra tuvo que aceptar la Carta Magna (que limitó su poder de manera relevante) por la molestia provocada por sus prácticas recaudatorias. Desafortunadamente, Fox y su equipo sólo leen Las Aventuras de Kalimán.

Allá ellos.

Ineptos analfabetas.

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