viernes, febrero 10, 2006

Óscar Constantino Gutiérrez

Cuba, los dos Calderones y el servilismo

Hay moneros que dibujan muy bien, pero sus convicciones son malas, de la misma forma que hay políticos con buena imagen, pero que los traiciona su lengua: Los dos Calderones (Paco y Felipe) pertenecen a esa especie de personas que obligan a decir, ¡qué desperdicio de capacidad!

Los cartones del Calderón monero sobre el sheratongate (Castro jugando billar con las fuerzas políticas del país y el gobierno del DF dando muestras de incongruencia con el castigo al Sheraton) refrendaron mi percepción del artista: Piensa que a los lectores nos puede ver la cara, o su percepción de la realidad está muy deformada por su existencia en la burbujita de la prosperidad wannabe que disfruta. El caso es que en las historias del Calderón monero todos los priístas y perredistas son malos, los panistas siempre tienen disculpa y las reformas estructurales (esas que buscan legalizar los despidos express y el regalo de los hidrocarburos al Primer Mundo) son lo más necesario.

Lo más grave es que razonamientos como el expresado por el Calderón monero representan una forma de entender la realidad que se encuentra peligrosamente difundida, aquella que, en lugar de preocuparse porque una empresa extranjera –recibida con buen trato en este país- violente las leyes mexicanas, asume que hay casos peores y en consecuencia no es válido molestarse por lo acontecido. Si este razonamiento le parece extremadamente parecido a alguna de las excusas simplonas de los gobiernos panistas cuando son descubiertos en actos de corrupción (“los de antes eran peores”) no es mera coincidencia, es identidad ideológica.

El otro Calderón (Felipe) es una persona con formación profesional sobresaliente y mucha inteligencia… pero su soberbia también lo impulsa a pasarse de listo o a querer abusar de la buena fe ciudadana. El Calderón Felipe criticó la clausura del Sheraton con el argumento de que ataca al turismo y acusó al PRD de dar un golpe mortal a la imagen de México con el cierre del hotel. El Calderón Felipe cuestionó por qué mejor no cerraban los giros negros, los comercios ambulantes y todo lo que Virginia Jaramillo (la Jefa Delegacional en Cuauhtémoc), está traficando desde que era jefa de la Oficina Jurídica con Dolores Padierna. También preguntó por qué, en su momento, no cerró el Lobohombo. En parte tiene razón el Calderón Felipe, la Padierna y sus secuaces no tiene perdón de Dios, pero eso no justifica que un hotel estadounidense use la Constitución nacional como papel higiénico y crea que está en una sucursal de la Unión Americana: La conducta de la gente del Sheraton no se valida, por más corruptos que sean las Padiernas, Bejaranos, Jaramillos y Ponces de está ópera bufa nacional.

Vidas Paralelas las de los dos Calderones (sin Plutarco incluido), ya que el cartón del monero bien podría ser la representación gráfica de la crítica del panista (me refiero a Felipe, no sean malpensados).

Ese afán de quererle ver los huaraches a los compatriotas (no tengo nada en contra de quien usa ese calzado) se nota en el razonamiento del Calderón Felipe: Acusa al PRD de que mezcla su ideología con sus intereses, en un aparente contraste con la conducta del PAN. Perdón, ¿es el mismo partido en el gobierno nacional que dobló las manitas con los gasolineros? Vaya, supongo que darles tiempo y apoyos financieros para que cumplan con la norma -que desde hace tiempo los obliga- ha de ser una manera de separar ideología e intereses, aunque más bien me parece que en el gobierno panista lo que separan son los intereses, pero del capital.

¿Qué otras cosas dijo el Calderón Felipe? Ah, dijo que en el caso del Sheraton había que acudir a la vía diplomática –acoto, tan inefectiva como siempre- pero que ir y agredir a una inversión generadora de empleo internacionalmente en el turismo es darle un golpe fatal, letal a la imagen de México en el mundo”. Calderón Felipe hizo responsable a los gobiernos perredistas “de lo que ocurra en los próximos meses". Huy, eso sonó a agorero del desastre, pero la realidad es que a los ciudadanos normales (que no traemos guaruras, por ejemplo) nos irrita que aquellos que se enriquecen a costillas de los consumidores mexicanos pretendan que nos hacen el favor con su estancia y que por eso pueden hacer lo que les viene en gana. Conste que a mi no me interesa en lo más mínimo si los cubanos están a gusto o no, me molesta que se pretenda que el gobierno ordinario no puede castigar a una empresa abusiva porque eso mata “a la imagen de México en el mundo”. Pasar del masiosare al “sí Amo” no es cuidar la imagen, es vender al país.

Calderón Felipe remató con que el PRD, cuanto tiene un poquito de poder, "francamente enloquece, no permitamos que tome el País y lo secuestre también". Tiene razón, para secuestros del País ya tenemos con los del crimen organizado, Martita, sus niños Bribiesca, los políticos en funciones y los candidotes de pena ajena.

Dos Calderones y un camino, uno hace monos tendenciosos, el otro arma desfiguros. Cuanto desperdicio de talento. Nuevamente no queda más que decir, ¡qué pena!


oscarconstantino@gmail.com

No hay comentarios.: